Con el correr de los años y el pasar de largas y numerosas temporadas en todo el planeta convocando a competencias locales,nacionales e internacionales de fútbol, he llegado a algunas conclusiones que considero tan evidentes como dificiles de demostrar,pero no por eso se transforman en incógnitas indescifrables. Creo que es momento de comenzar a tangibililizar el peso específico de la preparación mental en este deporte, más allá de la plausible generalización en relación a otros que pueda realizarse.
Muchos por no decir la mayoría de los entrenadores consideran que el factor mental es decisivo a la hora de obtener mejores resultados a nivel competitivo. También así lo consideran los propios deportistas. Se destinan días ,días y horas y más horas a la preparación técnica, táctica y física de los planteles, y en cambio pocas ,escasas o nulas para la preparación mental sistematizada.
Es más, aún hay quienes ,tanto jugadores como entrenadores, asocian el trabajo mental con problemas,traumas, o conflictos, cuando en realidad debe asociarse a la mejora continua,la excelencia y la preparación para el error y para el Éxito.
Lo primero que podemos preguntarnos es, porque si hay tanta coincidencia en el diagnóstico hay tanta contradicción a la hora de planificar la preparación deportiva?
Se me ocurren dos factores principales, o tal vez tres...
1- dado que se le brinda a la psicología deportiva un margen limitado de acción, a la misma le cuesta crecer,investigar y mejorar su campo de estudio y ejecución.
2- los entrenadores arrastran desde hace más de 100 años la sensación de que son ellos quienes lideran la parte mental y solo confían sus planteles a los preparadores físicos, entendiendo que su trabajo es fundamental,como efectivamente lo es,por supuesto, a sus asistentes y eventualmente,por interés o miedo, a algún dirigente.
3- los entrenadores temen perder poder frente a un rol que justamente al no estar lo suficientemente conocido y delimitado,puede ocasionar desgaste en la imagen de liderazgo y poder que por lo general ostentan,es decir,algunos lo perciben como una amenaza. Puede ser por inseguridad propia, por desconocimiento o simplemente por omnipotencia.
El tema está en que nos encontramos con realidades muy injustas sobre todo con los jugadores. Se les achaca a ellos la falta de inteligencia, de intuición,de entendimiento a la hora de resolver, pero en este caso, la responsabilidad pocas veces la asume el entrenador. No les brindamos adecuadamente lo que después les exigimos.Por ende brindémosle herramientas para después exigirles.
El entrenador se hace cargo a veces,no muy seguido, de haber equivocado el sistema. El profesor puede hacerse cargo a veces, de haber pasado de rosca a sus jugadores, pero nunca nadie se hace cargo de la desinteligencia o la falta de lucidez de un jugador o del plantel para resolver o ejecutar lo planificado.
En donde recae entonces la responsabilidad,la culpa?
La mayoría de las veces, explicita o implícitamente , en los jugadores.
Siena fácil! Pero es injusto y desde mi óptica es una acción desinteligente.
No podemos exigir lo que no entrenamos.
Si no entrenamos la lucidez para tomar decisiones ,no podemos exigirla.
Sigue siendo desde mi punto de vista como psicólogo deportivo desde hace 25 años una obsesión que se le otorgue a la preparación mental el lugar que no solo se merece, sino que el deporte necesita. Son más lamentablemente las excepciones que la generalidad.
Afortunadamente hay un porcentaje de entrenadores que entiende al jugador como una integridad, con emociones, familia, pareja, amigos, hijos,situaciones socioecomicas complejas, y una infinita multiplicidad de factores que hacen a su SER. El jugador de fútbol es un SER humano que practica un deporte. No un jugador de fútbol que cuando se va del entrenamiento debe convertirse en una persona.
Lamentablemente la mayoría de los entrenadores piensa que la parte psicológica la manejan ellos ,pero es un enfoque perverso y muchas veces perversamente elitista. Si ganamos la virtud es mía, si perdemos, no saben entender lo que pretendo. Es evidentemente una visión egocéntrica y condenada la mayoría de las veces al fracaso.
CComo,podemos viabilidad entonces la preparación mental en el fútbol para que no sea algo mágico y librado a brujas, motivadores del momento o entrenadores “vivos” que saben manejar un equipo?
Es muy poco frecuente escuchar a un entrenador reconocer que no supo motivar a su equipo y que por eso perdió.
Es mucho más frecuente escuchar a entrenadores que dicen hemos logrado tocar la fibra mental y hemos vencido al rival.
Por muchos motivos se impone sin lugar a dudas un trabajo psicológico estable,planificado, y responsable. Y que se haga cargo del rendimiento mental. Es un desafío complejo porque es un juego de equipo,pero eso es un problema que deberá resolver el psicólogo,así como el preparador físico debe resolver que todos los jugadores necesitan preparación diferente.
Diagnósticos precisos de situación de cada jugador ,sus zonas fuerte,sus puntos débiles, y un programa estable de mejora continua.
Es más,el psicólogo debe hacerse cargo de las prestaciones o no que brinde el jugador.asi como el profesor de educación física muchas veces se hace cargo de una sobrecarga que termina en desgarro.
El control mental,la tolerancia a la frustración,la resiliencia,la cohesión del equipo, la preparación para el éxito, la imagen dentro y fuera de la cancha, deben ser resortes que el líder del área psicológica ha de liderar y hacerse responsable.
Y para hilar más fino aún, el nivel de toma de decisiones dentro de la cancha también deben de incluir la responsabilidad del orientador mental para que este optimice su trabajo,lo haga efectivo,mejorable, pero nunca atribuir un mal rendimiento a simplemente un mal día o a jupiter alineado con Venus.
La psicología del deporte debe tener más espacio pero al mismo tiempo asumir más responsabilidad a la hora de evaluar rendimiento. Solo así crecerá como disciplina científica. Aportando,investigando y creciendo.
Psicólogo Gabriel Gutierrez.